16 de noviembre de 2011

¿Estamos sobrevalorando a la Roja?



Los dos últimos amistosos de la Selección española de fútbol me han dejado bastante preocupada. No por los resultados, sino por que tengo la sensación de que se está presionando demasiado al combinado nacional.
El gran momento por el que pasa la Roja parece habernos llevado a creer que España siempre tiene que ganar, sea cuál sea su rival. Y no nos estamos dando cuenta de que, por buena que sea, la Selección no es imbatible.
Hace cuatro años muy poca gente esperaba que el conjunto de Luis Aragonés llegaría tan lejos en la Eurocopa de Austria y Viena. Pero España fue superando todas las rondas y se plantó en la final ante Alemania. El gran estilo de juego que desplegaban los españoles se impuso al del combinado germano y el 29 de junio de 2008, Iker Casillas elevaba al cielo de Viena el trofeo que nos acreditaba como Campeones de Europa.
En el 2010 llegó la consolidación de la Roja como una de las más fuertes del panorama internacional, con Vicente del Bosque en el banquillo. Se esperaba que España hiciera una buen papel en el Mundial de Sudáfrica y, por qué no, que lo ganara.
Pese a la derrota ante Suiza en el primer partido del torneo, el combinado nacional volvió a triunfar y el capitán Iker Casillas volvió a levantar otra Copa. Sólo que esta tenía aún más valor, puesto que nos convertía en la mejor selección del mundo, por delante de Holanda, Alemania, Argentina y Brasil, entre otras.
Sin embargo, en el último año han comenzado a surgir las dudas en el entorno que rodea a la selección. Las derrotas del equipo nacional en los partidos amistosos parecen preocupar a la afición y a los medios de comunicación. Mucha gente se piensa que España tiene que ganar siempre, aunque nuestro rival sea una selección pequeña como Liechtenstein y que la Roja es la favorita en todos los partidos. Pero eso no es así. El estilo de juego de la Roja ya no pasa desapercibido y los rivales saben cómo hacernos frente, saben cómo evitar que despleguemos nuestro fútbol.
Desde julio de 2010, la Roja ha disputado diez encuentros amistosos, con un balance de cuatro victorias, dos empates y cuatro derrotas. Las goleadas encajadas ante Portugal (4-0) y Argentina (4-1) son quizá las más doloras y un prueba de lo difícil que es defender esa estrella de Campeones del mundo.
Sin embargo, los de Vicente del Bosque no han podido firmar una fase de clasificación para la Eurocopa mejor. España ha hecho un pleno de victorias, con 24 puntos obtenidos,  26 goles a favor y 6 en contra. 
Parece que son únicamente los partidos amistosos los que se le atragantan al combinado nacional. Pero ello no debería ser motivo de alarma nacional.
Esta generación de jugadores ha conseguido lo que nuestros antepasados soñaban: ser los mejores del mundo. Nos hemos olvidado ya de la famosa maldición de cuartos que nunca nos permitía avanzar más allá de esta ronda en los mundiales. Disfrutemos del momento y no pensemos en el futuro.
Una de las cosas que caracteriza a esta selección es su humildad, mantener siempre los pies en la tierra. Y pienso que tanto la afición como los medios de comunicación deben tomar ejemplo de esta actitud. Si continuamos pensando que España va a ser siempre la mejor selección del panorama internacional, la caída pueder ser muy dura.

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