16 de junio de 2013

Goles con acento croata


 La segunda salida del Sporting ha llegado sólo cinco días después de que Juan Pablo confirmara su marcha. Siete temporadas y más de un centenar de partidos después, Mate Bilic se despide del equipo asturiano. El próximo 30 de junio finalizará su contrato con la entidad rojiblanca, que no contempló la opción de prolongar la estancia del delantero balcánico. Al igual que el guardameta leonés, Bilic se despedía del conjunto rojiblanco por medio de unas líneas que publicaba la web oficial del club:
Mi gratitud a la afición, dirigentes, técnicos, compañeros y empleados del Real Sporting. No olvidaré nunca mi paso por El Molinón. Han sido los años más felices de mi vida deportiva. Nos vemos pronto por Gijón. Muchísimas gracias. Hvala. 
Atrás quedan unos números redondos del futbolista de Split: 207 partidos disputados con la camiseta del Sporting, 106 de ellos en Primera División, 59 goles y un ascenso a la elite del fútbol español en dos etapas como rojiblanco. Siete campañas en Gijón que quedarán en el recuerdo del ariete balcánico, una ciudad de la que se lleva el cariño de toda una afición. Sin olvidar que sus dos hijos, Karla y Marko, son gijoneses de nacimiento.
Llegó al Sporting por primera vez en el mercado de verano del año 2003, cedido por el Zaragoza. El croata ya sabía lo que era jugar en Primera División, pues jugó con el equipo maño durante la temporada 01-02- donde coincidió con David Villa-, pero afrontaba con ilusión el reto de devolver al Sporting a la elite. Bajo las órdenes de Marcelino García Toral, el delantero de Split disputó cuarenta y un encuentros y marcó quince tantos que le convirtieron en el máximo goleador del equipo. Los rojiblancos, sin embargo, se quedaron a las puertas del ascenso, que se le escapó a falta de ocho jornadas para el final de la liga.
Al término de esa temporada, fue traspasado por el Zaragoza al Córdoba, después de dos temporadas de cesiones. De ahí pasó al Lleida y, finalmente, al Rapid de Viena, donde estuvo una campaña y media. Mientras tanto, el Sporting, que se había puesto bajo el mando de Manolo Preciado, luchaba por volver a Primera División.
Llegó el mes de diciembre del 2007, el equipo gijonés estaba en la tercera posición de la tabla, con treinta y un puntos, pero le faltaba gol. Así que recurrió al mercado de invierno para reforzar el ataque rojiblanco. La negociación con el Rapid de Viena fue larga, pero finalmente se logró el objetivo: Mate Bilic regresaba a Gijón, después de lograr la carta de libertad con el club austriaco. En el primer partido del año 2008, el ariete de Split volvía a vestir la elástica rojiblanca. Ese año, el croata jugó veintidós partidos y anotó diez goles. Su último tanto, quizá el más especial, pues contribuyó a darle la victoria al Sporting en el partido del ascenso ante el Eibar.  
Después de diez años, el conjunto asturiano retornaba a la ‘Liga de las estrellas’. La temporada 08-09 fue la más prolífica en Primera División para Mate Bilic. Anotó doce goles y jugó treinta y siete partidos, veintidós de ellos como titular. Su mejor partido probablemente fuera el Sevilla 4- Sporting 3, en el que el croata logró su primer hat trick en las filas rojiblancas.
Su mejor año llegaría, sin duda, una campaña después. En octubre del 2009 llegaba su primera convocatoria con la selección absoluta de Croacia, una llamada que, como confesó el propio Bilic, le pilló desprevenido, pues no se la esperaba. Debutó con el combinado balcánico en un partido amistoso ante Liechtenstein y anotó dos goles del contundente 5-0 con el que finalizó el juego. Su estreno oficial llegó una semana después, en un partido de Clasificación para el Mundial de Sudáfrica. De vuelta en la liga española, Bilic disputó aquella temporada treinta y un partidos con el Sporting y anotó cinco goles.
Sin embargo, su protagonismo en el equipo asturiano fue decayendo paulatinamente las siguientes temporadas. En la campaña 10-11 sólo jugó dieciocho partidos, dejando por primera vez en muchos años su casillero de goles vacío. Esta situación llevó al ariete balcánico a plantearse una salida del Sporting en el verano del 2011, aunque finalmente se quedó en Gijón.
 La temporada 11-12 no trajo mejor fortuna para Bilic, ni en el plano colectivo, por el descenso a Segunda División, ni en el plano personal: Veinte partidos disputados, uno de ellos como titular, y cuatro goles anotados. Su último gol en Primera División lo marcó en Cornellá- El Prat, ante el Espanyol.
De nuevo en Segunda División y bajo la dirección de Manolo Sánchez Murias y Sandoval, que se hizo cargo del equipo en octubre, Bilic recuperó el protagonismo perdido a base de esfuerzo y, sobre todo, de goles. El ariete balcánico jugó treinta y dos partidos en los que batió la portería contraria en once ocasiones. Junto a David Rodríguez, ha sido el máximo goleador de un Sporting que tuvo que conformarse con la décima posición en la tabla. 

Volverá a Gijón 
El Sporting luchará de nuevo por el ascenso la próxima temporada, aunque esta vez lo
Foto: @AndreaF1992
hará sin el ‘9’ croata sobre el césped de El Molinón. Siete temporadas dan para mucho y Mate Bilic ha sabido aprovecharlas. Sacrificio, lucha, constancia y un buen olfato goleador hacen del delantero balcánico un jugador querido en Gijón, un cariño que se ha ganado a pulso sobre los terrenos de juego.

Su futuro aún está en el aire, pero el futbolista de Split maneja varias ofertas, tanto de la liga española, como del extranjero. En los últimos días ha sonado con fuerza para el Córdoba, aunque por el momento se trata sólo de un rumor. Por ahora sólo piensa en disfrutar de sus vacaciones con su familia y desconectar del fútbol por unos días.
Bilic se despide del Sporting y de Gijón, pero ya ha avisado que no se trata de un adiós para siempre y que algún día quiere volver. «Aquí me he sentido como uno de vosotros, es mi segunda casa. Y, esté o no esté aquí, voy a venir con frecuencia a Gijón e intentaré quedarme mucho tiempo».
Se hará extraño no ver al croata dejándose la piel en cada partido o celebrando goles en El Molinón; no escuchar su particular acento croata en las ruedas de prensa; ver un nombre distinto sobre el dorsal número 9. Se te echará de menos, Mate Bilic.

13 de junio de 2013

López Garai se incorpora al Sporting

Foto: cordobadeporte.com
Terminada ya la temporada en Segunda División, el club asturiano no quiere perder el tiempo y ya ha comenzando a confeccionar la plantilla que buscará la próxima campaña el ascenso a la elite del fútbol español. Esta misma semana se hacía oficial la salida de Juan Pablo- que no será la primera- y se anunciaba el primer fichaje del mercado veraniego: Aritz López Garai, la confirmación de una noticia que ya se rumoreaba desde finales de mayo. El jugador vasco ha firmado con el Sporting hasta el 30 de junio de 2015, con la posibilidad de ampliar el contrato una temporada más en función del número de partidos disputados.
Se trata de un mediocentro de corte defensivo y contención, muy hábil en la recuperación, solidario en el juego y con mucha experiencia en Segunda División, la categoría en la que se ha forjado. Esta temporada ha disputado 41 partidos con la elástica verdiblanca, todos ellos como titular, llegando a marcar seis goles. Es la primera vez que alcanza esa cifra de tantos, pues no se trata de un jugador con excesiva llegada al área rival. 
López Garai representa el paradigma del futbolista que pasa desapercibido sobre el terreno de juego, pero cuya labor ‘underground’- el trabajo sucio- es fundamental para el equipo. De hecho, ha sido una pieza clave en todos los equipos por los que ha pasado. Si a todas estas cualidades añadimos su compromiso y entrega en los terrenos de juego tenemos un gran refuerzo para el mediocampo rojiblanco.
El futbolista de Barakaldo confirmaba su marcha del Córdoba el pasado lunes y el martes se despedía del club andaluz en rueda de prensa. «Mi decisión de abandonar el club es porque pienso que mi etapa aquí ha acabado. A nivel personal no sé si mi rendimiento iba a ser mejor de lo que he dado hasta ahora, pero tenía la sensación de que todo lo que venía a partir de ahora hacia mí iba a ser a peor, y antes de acabar con esa sensación prefería marchar», reconocía López Garai, que ve en el Sporting un equipo con más opciones de lograr el ascenso. Así lo explicaba en una entrevista concedida al diario asturiano La Nueva España: «Creo que es un proyecto para estar en Primera División. Tenía tres años más de contrato en Córdoba, tenía a la gente bastante contenta y a título personal estaba muy feliz, pero cuando te llama un Sporting y sabes que realmente tiene muchas opciones de estar entre los mejores y que le va a tocar ascender pronto, sí o sí, no hay mucho que pensar». Incide especialmente en el reto del ascenso, pues es la principal razón que le ha llevado a Gijón: «Mi fichaje por el Sporting no tiene otra lectura que la de intentar subir a Primera División e intentar estar entre los mejores. No se debe a años de contrato, porque en Córdoba tenía más; no se debe a lo económico, porque las cantidades son muy similares a las que tenía allí. Así que todo es un reto ambicioso por ascender a Primera».
Cuando le preguntan por lo que puede aportar a su nuevo equipo, López Garai es claro y directo: «Experiencia, por supuesto, equilibrio en el centro del campo, intentar dar tranquilidad al equipo en el juego, participar del juego ofensivo del equipo, intentar ayudar a mis compañeros más cercanos en labores defensivas. Soy un sostén para el centro del campo e intento dar dinamismo al juego y seguir creciendo futbolísticamente y como persona».

En busca del ascenso perdido
Aritz López Garai (Barakaldo, 6 de noviembre de 1980) comenzó su carrera futbolística en el modesto Indartsu Club, de la localidad vizcaína de San Miguel de Basauri, para luego incorporarse a las categorías inferiores del Athletic de Bilbao. Siendo jugador del equipo de División de Honor llegó a realizar pruebas con el Atlético de Madrid y el Fútbol Club Barcelona, pero finalmente regresó a Lezama [1]. Permaneció una campaña más en el conjunto juvenil y después fue cedido al Basconia de Tercera División, en el que estuvo dos años. Debutó en Segunda División B durante la temporada 01-02, en la que volvió a ser cedido por el Athletic de Bilbao, en este caso a la SD Gernika.
Sus pasos le llevaron en el verano del 2002 al UB Conquense, que también jugaba en la categoría de bronce del fútbol español, y con el que disputó su primera promoción de ascenso a Segunda División en la temporada 04-05, aunque el Real Madrid Castilla acabó eliminándoles. Fue en el conjunto de Cuenca donde empezó a mostrar su mejor nivel y sus grandes cualidades como mediocentro defensivo, lo que le llevó a fichar por la Unión Deportiva Salamanca en el 2005. En las filas del conjunto charro lograría su primer ascenso a la categoría de plata del fútbol español durante la temporada 05-06. Un año después llegaba su debut en Segunda, en el primer encuentro de la temporada, ante el Real Murcia. Disputó treinta y siete encuentros aquel año y anotó dos goles.
Acostumbrado a no pasar demasiado tiempo en un mismo equipo, López Garai volvió a
Foto: www.pampamorellut.com
cambiar de club en el verano del 2007 y fichó por el Castellón, que también militaba en Segunda División. En su primer año como jugador blanquinegro disputó 39 partidos y marcó cuatro goles, su mejor registro goleador hasta la presente campaña. Al año siguiente, bajo las órdenes de Abel Resino y de Paco Herrera desde el mes de febrero, jugó 36 partidos. Pese a los intentos del Castellón por subir a Primera División en ambas temporadas se quedó a las puertas del ascenso y López Garai decidió cambiar de aires. El mediocentro vasco quería sacarse la espina clavada de jugar en la elite y fichó por el Celta de Vigo en el verano del 2009. En su primer año como celtiña, López Garai disputó cuarenta encuentros y anotó un gol, aunque el equipo acabaría luchando por la permanencia y no por el ascenso. Totalmente diferente fue su segunda campaña con el equipo blanquiazul, en la que estuvo bajo las órdenes de un viejo conocido: Paco Herrera. El Celta de Vigo finalizó la liga en la sexta posición, lo que le daba acceso al play off de ascenso, pero en la primera ronda, tras empatar a un gol la eliminatoria con el Granada, cayó derrotado en la tanda de penaltis.
De nuevo el futbolista vizcaíno se quedaba a un paso de saborear el ascenso y optó por volver a cambiar de aires, poniendo rumbo al Córdoba. Con el equipo verdiblanco finalizó la temporada en el sexto puesto- otra vez- aunque volvía a caer eliminado en la primera eliminatoria, ante el Valladolid. No le fueron mejor las cosas al Córdoba en la temporada que acaba de finalizar, pues el combinado andaluz acabó en mitad de la tabla. En las dos temporadas que estuvo en Córdoba, Aritz López Garai jugó ochenta y dos partidos y marcó seis goles.
Ahora, como nuevo jugador del Sporting, afronta una nueva e ilusionante etapa en la que tratará de conseguir la meta que se la escapado en todos estos años: Primera División.

12 de junio de 2013

Juan Pablo, un guardián de Primera


Alcanzar la cifra mágica de cien encuentros en Primera División con un mismo equipo no se consigue así como así. Juan Pablo lo ha logrado en sólo tres campañas con la camiseta del Sporting. Tres temporadas para el recuerdo del guardameta leonés, que se despedía ayer del equipo asturiano. Y lo hacía a través de una sencilla y directa carta que publicaba la web oficial del club gijonés: 
Estas pocas palabras son para dar las gracias por estos cuatro años que he vivido.
GRACIAS a todos y cada uno de los que durante estos cuatro años han compartido alegrías y sufrimientos conmigo.
GRACIAS  a todos los sportinguistas que han hecho que me sintiera como en mi casa desde el primer día.
GRACIAS  a todos mis compañeros por ser mi escudo en el campo y por ser capaces de llevar a su máximo exponente el significado de la palabra equipo.
GRACIAS por haberme dado la oportunidad de conocer a grandes personas que están al otro lado de la línea de cal en una labor invisible para la mayoría, pero que convierten el trabajo del campo en más fácil.
Hoy pongo fin a esta etapa en el Sporting, deseando que los éxitos vuelvan más pronto que tarde y con la seguridad de que Gijón será siempre mi casa.
GRACIAS.
Juan Pablo

Llegó al Sporting sin hacer mucho ruido, tras una mala temporada en el Numancia que acababa de consumar su descenso a Segunda División. Pese a ser el portero más goleado de la categoría aquella campaña- 64 tantos en 37 partidos- su carta de presentación le mostraba como un guardameta fiable y venía dispuesto a aportar su veteranía al combinado que dirigía Manolo Preciado y a disputarle el puesto a Iván Cuéllar. 
Una desafortunada lesión del emeritense en el último partido de la pretemporada le permitió a Juan Pablo debutar con la elástica rojiblanca en el primer partido de liga, nada menos que en el Camp Nou. El leonés se fue afianzando bajo los palos jornada tras jornada y ya fue imposible arrebatarle el puesto. Seguridad, buenos reflejos y agilidad, las tres cualidades que destacaron al ex portero del Numancia y le convirtieron aquella campaña en el noveno portero menos goleado de Primera División (51 tantos en 38 partidos).  
La temporada 10-11 quedará en el recuerdo de los sportinguistas por ser una de las más completas de los últimos tiempos. Ese año la línea defensiva tuvo un especial protagonismo, logrando ser la tercera menos goleada de toda Primera División. Sólo Barcelona y Real Madrid quedaron por delante del Sporting. Sin embargo, los goles encajados esa temporada- 42- se los repartieron Juan Pablo y Cuéllar. El guardameta leonés comenzó siendo titular, pero Cuéllar se hizo con el puesto al final de la primera vuelta. Una rotura fibrilar en El Madrigal volvió a darle la alternativa a Juan Pablo, que se mantuvo bajo los palos hasta el final de temporada. En total disputó veinticinco partidos y encajó treinta goles.
En su tercera temporada con la camiseta del Sporting, Juan Pablo volvió a ser el dueño de la portería y jugó treinta y siete partidos. Acabaría la Liga con sesenta y cinco goles encajados, el peor registro desde su llegada a Gijón. Aunque la peor noticia fue el descenso a Segunda División tras cuatro años en la elite del fútbol español.
Si la participación durante la temporada 2010-2011 fue irregular para el meta leonés, más lo sería la campaña que acaba de finalizar. El Sporting, con Manolo Sánchez Murias en el banquillo, iniciaba una nueva etapa en Segunda División, con el firme objetivo de retornar a la Liga de las estrellas. En la portería, tres opciones para la titularidad: Juan Pablo, Cuéllar y Raúl Domínguez. El guardameta leonés fue el elegido por Manolo para defender la meta en la primera jornada de Liga y se mantuvo bajo los palos hasta la sexta jornada, cuando el técnico gijonés optó por Cuéllar. Sin embargo, en el partido ante el filial del Barcelona en el Mini Estadi, el emeritense fue expulsado y Juan Pablo volvía a la portería gijonesa, donde se mantendría hasta la jornada 22. Comenzaba la segunda vuelta y Sandoval- al frente del equipo desde octubre- decició alinear a Cuéllar de nuevo, que sería el dueño de la portería hasta final de temporada, exceptuando el encuentro frente al Sabadell, que disputó Juan Pablo por unas molestias musculares de Iván Cuéllar, y el último partido del campeonato, en Miranda de Ebro, que lo jugó Raúl Domínguez. 

Doctorado en el Bernabéu 
Si le preguntásemos a los aficionados del Sporting cuál es el mejor partido que recuerdan de Juan Pablo, la mayoría respondería: El 0-1 en el Santiago Bernabéu, el mejor partido que se recuerda del equipo asturiano en los últimos tiempos. Aquel 2 de abril, los pupilos de Manolo Preciado tuvieron que sufrir de lo lindo para mantener a cero su portería y lograr la épica victoria; un triunfo histórico, pues suponía el fin de nueve años de imbatibilidad de José Mourinho en casa. La segunda parte fue un monólogo de ocasiones de los Higuaín, Özil, Di María y Adebayor, que fueron incapaces de batir la meta rojiblanca defendida por un magnífico Juan Pablo. El guardameta leonés desbarató cada llegada de los jugadores blancos y sus paradas le dieron la victoria al combinado de Manolo Preciado. Entre sus intervenciones, quizá la más recordada sea un mano a mano con Higuaín, la mejor oportunidad para el Real Madrid.
Aquella noche, Juan Pablo no sólo se marchó del Bernabéu con tres puntos bajo el brazo, sino que se llevó una matrícula de honor por su actuación en la fortaleza blanca.
Al día siguiente, todas las crónicas de la amarga derrota del Real Madrid incidían en lo mismo: El equipo de José Mourinho se había estrellado contra una muralla llamada Juan Pablo Colinas Ferreras. 

En  el ‘hall of fame’ de los guardametas rojiblancos 
Juan Pablo Colinas (2 de septiembre, 1978) se marcha del Sporting con la redonda
Pretemporada
cifra de 120 partidos disputados con la camiseta del Sporting, cien de ellos en Primera División. Es el tercer guardameta de la historia del club gijonés que alcanza el centenar de encuentros en la elite del fútbol español. Una lista en la que el leonés coincide con dos leyendas de la portería rojiblanca: Jesús Castro- hermano de Quini- y Juan Carlos Ablanedo, que llegó a ser internacional con la selección española absoluta.

Al margen del aspecto deportivo, Juan Pablo será recordado en Gijón como un hombre tranquilo y paciente, siempre alejado de los focos mediáticos y de toda la parafernalia que suele rodear al fútbol moderno. Su semblante serio le confiere un aspecto formal y muy reservado, que esconde a una persona cercana en el trato con la gente y a un gran capitán, un líder tanto sobre los terrenos de juego, como en el vestuario.
Fuera del campo del fútbol, Juan Pablo ocupa su tiempo libre con su familia y estudiando la carrera de Magisterio y en más de una ocasión confesó que de no ser futbolista, sería profesor.
El futuro de Juan Pablo permanece en el aire por el momento, aunque con sus cualidades no le costará encontrar un nuevo destino. Según su agente, ciertos equipos de la liga española y del extranjero han mostrado su interés por el meta leonés, que deberá decidir ahora dónde iniciar una nueva etapa en su carrera futbolística. 

7 de junio de 2013

Un año después. Carta a Manolo Preciado

Foto: El Mundo
Querido Manolo:
Han transcurrido ya 365 días desde que tu corazón dejara de latir para siempre y no ha pasado un sólo momento en que no me haya acordado de ti. Ni yo, ni nadie en Asturias o Cantabria te olvida. 
Recuerdo con toda claridad la mañana en que despertamos con la noticia de tu muerte. A pesar de que sólo había cruzado contigo un par de palabras en los entrenamientos, me sentí como si hubiera perdido a un amigo, a un amigo de los que dejan huella. Y como yo, muchísimos sportinguistas sintieron lo mismo. El vacío que has dejado en los corazones de miles de personas nunca podrá ser ocupado con nada. Porque tú, apreciado Manolo, fuiste capaz de llegar a lo más profundo del corazón de la gente con tu forma de ser. Tu carácter bonachón y alegre, siempre con una sonrisa en la cara, siempre atento con los aficionados; tu voz quebrada que transmitía firmeza, seguridad y confianza, tu fuerza, tu perseverancia, tu carisma, incluso tu bigote gris, símbolo de la canción que marcó el ascenso a Primera División. La grada cantaba "me voy a dejar un bigotín, como Preciado, como Preciado", una muestra más de la profunda marca que has dejado en esta tierra.
Llegaste al Sporting de Gijón prácticamente de puntillas, en una época gris para el equipo, que pugnaba por retornar a la élite del fútbol español. Un equipo con una plantilla formada mayoritariamente por gente de la casa que tenía potencial y mucha ambición por llegar a lo más alto y que, gracias a tu labor, lo consiguió. Un equipo que, desde el verano de 2006, recuperó su principal activo, la afición. No sólo conseguiste que el Sporting regresara a Primera, sino que hiciste algo aún más importante si cabe: Volver a unir al sportinguismo. Conseguiste encajar las tres piezas fundamentales, club, equipo y afición, para que el reloj funcionara de nuevo.
Pero ese reloj se paró aquel 6 de junio de 2012, a las once y cuarto de la noche. Tras el descenso a Segunda División consumado esa misma temporada, el sportinguismo recibió otro palo, todavía más duro, un palo del que aún cuesta recuperarse. Es, probablemente, la campaña más amarga que ha vivido nuestro equipo, nuestro Sporting, aunque desgraciadamente, ésta no ha sido mucho mejor.
Y eso que el verano trajo consigo ilusión y buenas sensaciones de cara al comienzo del curso en la categoría de plata. Con Manolo Sánchez Murias al frente del banquillo y una plantilla que logró mantener su columna vertebral y no sufrió demasiadas bajas, la temporada se esperaba bonita. El reto no era fácil, pues no se asciende a Primera así como así, pero todo el mundo soñaba con conseguirlo. Por ti. Un ascenso por Manolo Preciado. Sin embargo las cosas no salieron como todos esperábamos. Relevo en el banquillo, bajas de jugadores, falta de rendimiento en los partidos clave... Una sombra gris se cernía sobre El Molinón y la tormenta no iba a tardar en llegar. El fracaso deportivo hizo estallar a una afición cansada de los tejemanejes de la cúpula directiva y no tardó en movilizarse para protestar contra la gestión del club. El resultado fue ver El Molinón prácticamente desierto en el penúltimo partido de la temporada y a miles de sportinguistas congregados a las puertas del estadio. 
Ay, Manolo, si pudieras ver en qué se ha convertido tu Sporting en este último año. No lo quiero imaginar. Lo que tú conseguiste unificar, los lazos que tú creaste entre ambas partes, se han roto en tan sólo doce meses. Y si a la afición le duele esta situación más que a nadie, a ti te dolería el doble, después de dejarte el alma y la piel por nuestro Sporting.
Pero basta de hablar de cosas tristes y feas, que no es el motivo de esta carta, y vayamos al quid de la cuestión. Hoy El Molinón se ha vestido de gala para recordarte. Desde este 7 de junio de 2013, Manolo, estarás para siempre con nosotros en el que fue tu estadio durante seis maravillosas temporadas. La idea fue obra de los integrantes de la peña Portal Sportinguista, que desde el primer momento se volcaron con el proyecto, que recibió el nombre de Eterno Preciado. El objetivo, levantar una estatua con tu figura a las puertas del estadio. No faltaron apoyos para reunir el dinero necesario para que la escultura, elaborada por Vicente Santarúa, fuera una realidad. Y ahí está el resultado, en la alameda que lleva tu nombre. A partir de hoy, Manolo Preciado estará siempre con nosotros y nosostros con Manolo Preciado. Una hilera de placas adorna el monumento con los nombres de todos los que se sumaron a la iniciativa. Todo el mundo quiso ayudar y de todas partes llegaron muestras de apoyo, demostrando el cariño que se te tiene en doquier.
Y no es este el único gesto para recordarte. Todos buscan su forma de homenajearte, desde reportajes recordando tu figura y programas de radio con tus mejores frases, hasta canciones compuestas exclusivamente para ti. Cada uno tiene su particular forma de hacerlo, mira David Barral, por ejemplo, que se ha hecho un tatuaje: https://twitter.com/barral23/status/342651677683367936
La vida trancurre, igual que hace un año, pero ahora todo es diferente. Mareo es distinto, El Molinón es distinto, incluso Gijón, Asturias, Santander, son distintos desde que tú no estás. Cuando pienso en ti, en tus frases, en tus gestos durante los partidos, en tus memorables ruedas de prensa, es imposible contener las lágrimas. La herida ha cicatrizado, pero esa marca quedará para siempre en nuestros corazones, porque tu recuerdo permanecerá con vida. Hay señales que nunca se borran, pero tampoco quieres que lo hagan. Recordaremos tu paso por el Sporting como lo más grande que le ha pasado el equipo en los últimos tiempos. Por muchos meses, años o décadas que pasen, prometo que no te olvidaré. Y mientras ese recuerdo permanezca latente, tú seguirás vivo Manolo Preciado.
Y ya para despedirme en esta carta, te dejo esta preciosa canción que te ha compuesto Pipo Prendes y que resume a la perfección el sentimiento de todos los que te conocimos y te queremos.