12 de junio de 2013

Juan Pablo, un guardián de Primera


Alcanzar la cifra mágica de cien encuentros en Primera División con un mismo equipo no se consigue así como así. Juan Pablo lo ha logrado en sólo tres campañas con la camiseta del Sporting. Tres temporadas para el recuerdo del guardameta leonés, que se despedía ayer del equipo asturiano. Y lo hacía a través de una sencilla y directa carta que publicaba la web oficial del club gijonés: 
Estas pocas palabras son para dar las gracias por estos cuatro años que he vivido.
GRACIAS a todos y cada uno de los que durante estos cuatro años han compartido alegrías y sufrimientos conmigo.
GRACIAS  a todos los sportinguistas que han hecho que me sintiera como en mi casa desde el primer día.
GRACIAS  a todos mis compañeros por ser mi escudo en el campo y por ser capaces de llevar a su máximo exponente el significado de la palabra equipo.
GRACIAS por haberme dado la oportunidad de conocer a grandes personas que están al otro lado de la línea de cal en una labor invisible para la mayoría, pero que convierten el trabajo del campo en más fácil.
Hoy pongo fin a esta etapa en el Sporting, deseando que los éxitos vuelvan más pronto que tarde y con la seguridad de que Gijón será siempre mi casa.
GRACIAS.
Juan Pablo

Llegó al Sporting sin hacer mucho ruido, tras una mala temporada en el Numancia que acababa de consumar su descenso a Segunda División. Pese a ser el portero más goleado de la categoría aquella campaña- 64 tantos en 37 partidos- su carta de presentación le mostraba como un guardameta fiable y venía dispuesto a aportar su veteranía al combinado que dirigía Manolo Preciado y a disputarle el puesto a Iván Cuéllar. 
Una desafortunada lesión del emeritense en el último partido de la pretemporada le permitió a Juan Pablo debutar con la elástica rojiblanca en el primer partido de liga, nada menos que en el Camp Nou. El leonés se fue afianzando bajo los palos jornada tras jornada y ya fue imposible arrebatarle el puesto. Seguridad, buenos reflejos y agilidad, las tres cualidades que destacaron al ex portero del Numancia y le convirtieron aquella campaña en el noveno portero menos goleado de Primera División (51 tantos en 38 partidos).  
La temporada 10-11 quedará en el recuerdo de los sportinguistas por ser una de las más completas de los últimos tiempos. Ese año la línea defensiva tuvo un especial protagonismo, logrando ser la tercera menos goleada de toda Primera División. Sólo Barcelona y Real Madrid quedaron por delante del Sporting. Sin embargo, los goles encajados esa temporada- 42- se los repartieron Juan Pablo y Cuéllar. El guardameta leonés comenzó siendo titular, pero Cuéllar se hizo con el puesto al final de la primera vuelta. Una rotura fibrilar en El Madrigal volvió a darle la alternativa a Juan Pablo, que se mantuvo bajo los palos hasta el final de temporada. En total disputó veinticinco partidos y encajó treinta goles.
En su tercera temporada con la camiseta del Sporting, Juan Pablo volvió a ser el dueño de la portería y jugó treinta y siete partidos. Acabaría la Liga con sesenta y cinco goles encajados, el peor registro desde su llegada a Gijón. Aunque la peor noticia fue el descenso a Segunda División tras cuatro años en la elite del fútbol español.
Si la participación durante la temporada 2010-2011 fue irregular para el meta leonés, más lo sería la campaña que acaba de finalizar. El Sporting, con Manolo Sánchez Murias en el banquillo, iniciaba una nueva etapa en Segunda División, con el firme objetivo de retornar a la Liga de las estrellas. En la portería, tres opciones para la titularidad: Juan Pablo, Cuéllar y Raúl Domínguez. El guardameta leonés fue el elegido por Manolo para defender la meta en la primera jornada de Liga y se mantuvo bajo los palos hasta la sexta jornada, cuando el técnico gijonés optó por Cuéllar. Sin embargo, en el partido ante el filial del Barcelona en el Mini Estadi, el emeritense fue expulsado y Juan Pablo volvía a la portería gijonesa, donde se mantendría hasta la jornada 22. Comenzaba la segunda vuelta y Sandoval- al frente del equipo desde octubre- decició alinear a Cuéllar de nuevo, que sería el dueño de la portería hasta final de temporada, exceptuando el encuentro frente al Sabadell, que disputó Juan Pablo por unas molestias musculares de Iván Cuéllar, y el último partido del campeonato, en Miranda de Ebro, que lo jugó Raúl Domínguez. 

Doctorado en el Bernabéu 
Si le preguntásemos a los aficionados del Sporting cuál es el mejor partido que recuerdan de Juan Pablo, la mayoría respondería: El 0-1 en el Santiago Bernabéu, el mejor partido que se recuerda del equipo asturiano en los últimos tiempos. Aquel 2 de abril, los pupilos de Manolo Preciado tuvieron que sufrir de lo lindo para mantener a cero su portería y lograr la épica victoria; un triunfo histórico, pues suponía el fin de nueve años de imbatibilidad de José Mourinho en casa. La segunda parte fue un monólogo de ocasiones de los Higuaín, Özil, Di María y Adebayor, que fueron incapaces de batir la meta rojiblanca defendida por un magnífico Juan Pablo. El guardameta leonés desbarató cada llegada de los jugadores blancos y sus paradas le dieron la victoria al combinado de Manolo Preciado. Entre sus intervenciones, quizá la más recordada sea un mano a mano con Higuaín, la mejor oportunidad para el Real Madrid.
Aquella noche, Juan Pablo no sólo se marchó del Bernabéu con tres puntos bajo el brazo, sino que se llevó una matrícula de honor por su actuación en la fortaleza blanca.
Al día siguiente, todas las crónicas de la amarga derrota del Real Madrid incidían en lo mismo: El equipo de José Mourinho se había estrellado contra una muralla llamada Juan Pablo Colinas Ferreras. 

En  el ‘hall of fame’ de los guardametas rojiblancos 
Juan Pablo Colinas (2 de septiembre, 1978) se marcha del Sporting con la redonda
Pretemporada
cifra de 120 partidos disputados con la camiseta del Sporting, cien de ellos en Primera División. Es el tercer guardameta de la historia del club gijonés que alcanza el centenar de encuentros en la elite del fútbol español. Una lista en la que el leonés coincide con dos leyendas de la portería rojiblanca: Jesús Castro- hermano de Quini- y Juan Carlos Ablanedo, que llegó a ser internacional con la selección española absoluta.

Al margen del aspecto deportivo, Juan Pablo será recordado en Gijón como un hombre tranquilo y paciente, siempre alejado de los focos mediáticos y de toda la parafernalia que suele rodear al fútbol moderno. Su semblante serio le confiere un aspecto formal y muy reservado, que esconde a una persona cercana en el trato con la gente y a un gran capitán, un líder tanto sobre los terrenos de juego, como en el vestuario.
Fuera del campo del fútbol, Juan Pablo ocupa su tiempo libre con su familia y estudiando la carrera de Magisterio y en más de una ocasión confesó que de no ser futbolista, sería profesor.
El futuro de Juan Pablo permanece en el aire por el momento, aunque con sus cualidades no le costará encontrar un nuevo destino. Según su agente, ciertos equipos de la liga española y del extranjero han mostrado su interés por el meta leonés, que deberá decidir ahora dónde iniciar una nueva etapa en su carrera futbolística. 

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