15 de octubre de 2012

La dura prueba de acceso a Segunda División


Sporting- Murcia J2 (El Comercio)
Cuando un estudiante llega a segundo de Bachillerato se encuentra con una palabra que le persigue durante todo el año: PAU, más comúnmente conocida como Selectividad. O lo que es lo mismo, el puente que conecta el instituto con la universidad. Desde el primer día de clase, las referencias a las pruebas PAU son constantes; nos aturden con lo importante que es estar bien preparados para superar estos exámenes y que no podemos dejar nada para el último día.
Esta misma situación se podría aplicar en el mundo del fútbol a la Segunda División española. Ya desde la pretemporada hay una única palabra que rodea a los equipos que aspiran a abandonar la categoría de plata: Ascenso. Todo gira en torno a este vocablo: la planificación, los entrenamientos, la ilusión de los aficionados.
Pues bien, este deseado ascenso es el equivalente futbolístico al acceso a la universidad. Los equipos de balompié de Segunda División deben luchar jornada tras jornada para, a final de temporada, conseguir el paso de categoría; es decir, alcanzar la universidad y no tener que repetir el curso.
La experiencia nos dice que las pruebas de la Selectividad no son tan temidas como los alumnos más jóvenes piensan. Nos hacen creer que es complicado superarlas, quizá para que nos centremos desde el principio, y en realidad es muy sencillo. Pero para lograrlo hay que llevar bien segundo de Bachiller. Basta con aprobar examen tras examen, una asignatura tras otra, para llegar en unas buenas condiciones a la PAU. Una vez allí, es un puro trámite aprobar los exámenes.
En el fútbol ocurre algo muy parecido. Los equipos que quieran ascender deben ir acumulando puntos, jornada a jornada, pensando únicamente en el siguiente partido. Los objetivos se marcan a corto plazo: igual que el alumno debe pensar sólo en el siguiente test, el futbolista se tiene que centrar exclusivamente en el siguiente encuentro. La regularidad es una cuestión clave, tanto en el ámbito futbolístico, como en el académico. Se puede aprobar el curso o ascender de categoría siendo irregular, pero no es la táctica más adecuada.
Apliquemos esta situación ahora al Sporting de Gijón, un buen estudiante que no ha comenzado el curso como se esperaba de él. El alumno gijonés está perdido en la división de plata del fútbol español y suspender los primeros exámenes le ha puesto nervioso. La ansiedad es aún mayor si tenemos en cuenta que la palabra 'ascenso' presiona cada día al equipo rojiblanco. Y, por si esto fuera poco, el profesor Manolo Sánchez está en el punto de mira, porque no es capaz de lograr que su alumno arranque.
¿Cuál es la solución? ¿Se debe prescindir del profesor y buscar a uno más capacitado? ¿O debería el alumno dejar de pensar en el ascenso y centrarse únicamente en aprobar su siguiente examen?
Foto: LNE
Todas estas cuestiones rodean la actualidad del Sporting. Por el momento parece que la decisión es mantener a Manolo Sánchez al frente del equipo, al menos hasta el encuentro copero del miércoles. En caso de ganar, el técnico tendría una semana más de crédito, pero ¿sirve esto de algo o es prolongar la agonía de un entrenador que no sabe qué hacer para que sus futbolistas despierten?
El paradigma de la Selectividad sirve como metáfora para ilustrar la situación del Sporting, pero en la realidad, el objetivo de ascender a Primera es mucho más complicado que aprobar las pruebas de acceso a la universidad. La pasada temporada el Deportivo de la Coruña logró el ascenso sólo un año después de haber descendido, pero es un caso excepcional. La mayoría de equipos necesitan más de una campaña en el pozo de Segunda para conseguirlo. El Sporting se equivocó en verano al marcarse como única meta el ascenso- directo para más inri-, mientras presentaba a un entrenador inexperto en la categoría, con el que se pretendía construir un proyecto de equipo. Los proyectos no se construyen durante los dos meses que dura la pretemporada, ni siquiera durante una temporada; si lo que la Directiva del equipo rojiblanco quiere es un equipo competitivo, capaz de ascender y mantenerse en la élite con un estilo definido, entonces debe confiar en Manolo Sánchez Murias. Si lo que se busca es una solución rápida, ascender a Primera y luego “ya se verá”, entonces el técnico gijonés tiene las horas contadas en este equipo.

2 comentarios:

  1. Fenomenal.Un articulazo,Andrea.Más personal imposible.Comparto,y lo sabes lo que dices sobre la continuidad del proyecto.Un beso.

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  2. Estás en lo cierto en cuanto a lo de ascender pero es que los aficionados ya no pensamos en el ascenso si no en librarnos del descenso de categoría , si pensando Ellos de la misma manera salen del pozo pues que se olviden del tan ansiado ascenso.

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